martes, 20 de agosto de 2013

COMPLEMENTARIEDAD

OBJETIVOS: Que los novios a través de dinámicas sobre las diferencias entre hombre y mujer descubran que uno necesita del otro para complementarse, para realizarse y reafirmar su propia condición –varón- mujer. Anunciar a los novios que tal relación -que es de complementariedad, no de competencia- llega a su plenitud a través del Sacramento del matrimonio, en el que el amor entre el hombre y la mujer se funda en el amor de Dios. Dios-Padre, Dios – Hijo y Dios-Espíritu Santo. PRESENTACIÓN DEL TEMA - CAMINO PEDAGÓGICO: Como Agentes Pastorales de la Diócesis de Villa María, presentamos -con alegría en el Señor- el tema COMPLEMENTARIEDAD para la Inmediata Preparación al Matrimonio, que nos han encomendado. Nos propusimos proyectar un encuentro en el que los propios novios -partiendo de sus realidades y trabajando sobre las diferencias hombre-mujer- descubran la natural relación de complementariedad que los une. Programamos diversas dinámicas: Trabajos grupales; reflexiones personales con intercambio entre los novios; preguntas con el fin de despertar interés y curiosidad en los participantes, sin intensión de forzar respuestas –si surgen, mejor-; power point; canciones y video. En el encuentro tratamos el DIÁLOGO, en sus diversas formas, como importante herramienta para hacer posible la complementariedad hombre-mujer. También consideramos necesario dejar planteados dos males de la sociedad actual que impactan en forma negativa en la relación de complementariedad y que son: La competencia hombre-mujer y la violencia entre ellos. Todo ello con el propósito de que cada Parroquia adapte el material a las necesidades que vislumbre en su propia comunidad. Como dejando lo bueno para el final, al último les anunciamos que la complementariedad se hace plena con Dios que vive entre nosotros a través del Sacramento del matrimonio. DESARROLLO: Comenzamos el encuentro con un trabajo grupal, interactuando en dos grupos: varones y mujeres por separado. Les proponemos el siguiente cuestionario para que los novios tomen conciencia de las diferencias físicas, psicológicas y neurológicas que existen por naturaleza entre hombre y mujer y que nos permiten complementarnos entre sí. Para las mujeres: ¿Qué defectos observan en los varones –en general-? ¿Qué características tendría que tener el esposo ideal? Para los varones: ¿Qué defectos observamos en las mujeres –en general-? ¿Qué características tendría que tener la esposa ideal? Debate interno (10 minutos). Puesta en común de cada grupo a través de secretario/a. Reforzamos esta dinámica con un video de unos pocos minutos, que se adjunta en el anexo. Luego, con el fin de tratar que los novios puedan experimentar la complementariedad –varón-mujer- entre ellos, les proponemos la siguiente reflexión individual e intercambio sólo entre los novios. ¿Qué me gusta de mi novia/novio/pareja? EL ELLA Que me entienda Que me ayude a ver de otra manera las cosas Que me de tranquilidad, seguridad, etc. Que comparta las tareas del hogar ( de la casa, jardín, cuidado de los hijos, pago de gastos de administración ) Que comparta el tiempo libre Que sea buen compañero/a Que me demuestre su cariño Que cuide su salud Que provea los recursos materiales Que ambos procuremos y manejemos de común acuerdo los recursos materiales Qué virtudes admiro de vos: MARCO TEÓRICO APOYADO EN POWER POINT: En un clima ameno, con humor y distendidos, los agentes pastorales completamos el tema sobre las diferencias. Hombre – Mujer somos FISIOLÓGICAMENTE diferentes. Las diferencias se presentan desde el primer cuerpo unicelular humano llamado cigoto. Existe un cerebro de mujer. Existe un cerebro de varón. Las mujeres tienen mejor comunicación verbal y empatía; los hombres mayor captación analítica y mejor orientación en el espacio. Está comprobado que el hombre es mono focal, tiene la capacidad de concentrarse con mayor facilidad en una sola cosa; en cambio la mujer es multifocal, hace a la vez varias cosas, ve televisión, plancha, habla por teléfono, realiza la tarea de sus niños, etc. Somos diferentes, también, en SENSIBILIDAD. La mujer es afectuosa, intuitiva, desea ser amada y cortejada, es fiel, es detallista, prefiere lo verdadero, lo bello, el peligro la desconcierta. Es cambiante. En cambio el hombre es apasionado, siente el deseo de amar y cortejar, es aventurero, capta lo grande (lo lejano), prefiere la razón, lo excita el peligro. Es más estable. En lo que respecta al intelecto, también tenemos diferencias. En la mujer predomina la lógica del corazón, del sentimiento. Mira el presente y el recuerdo, vive de experiencias. Se interesa por las personas. En cambio en el hombre, en general, usa la lógica, mira el futuro, vive de ideas y planes, se interesa por las cosas. En lo que depende de la VOLUNTAD, también hombre y mujer nos manifestamos en forma diferente. A la mujer se la convence tocándole el corazón y obra movida por la necesidad de ayudar y compadecerse. El hombre se convence con razones y obra conforme a las necesidades de los hechos. En el orden RELIGIOSO, en general, mientras la mujer trata de sentir a Dios, ora con el corazón, vive en torno al ideal religioso, el hombre trata de conocer a Dios, ora con la cabeza, cuando se convence se entrega totalmente a Dios. Una de las quejas más generalizadas de los hombres, acerca de las mujeres, es que siempre están tratando de cambiarlos. Esto se debe a que las mujeres buscan mejorar. Ellos en realidad necesitan aceptación, cuando intentan cambiarlos, interpretan que los ven incapaces. Una de las quejas más generalizadas de las mujeres es que los hombres les quieren dar soluciones, cuando simplemente ellas, lo único que quieren, es que las escuchen. CONCLUSIONES: El hombre y la mujer, si bien somos iguales en dignidad, somos distintos; vemos y enfrentamos la realidad de diferentes maneras. Tales diferencias se presentan naturalmente para complementarnos mutuamente. El hombre y la mujer son dos seres complementarios. El uno es y fue creado por Dios para el otro. Tal relación, que naturalmente la podemos experimentar, está plasmada en el Génesis: “DIOS CREÓ AL HOMBRE A IMÁGEN SUYA…HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ” Génesis (1,27) “POR ESO EL HOMBRE ABANDONARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRÁ A SU MUJER Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE”. Génesis (2, 24) Una sola carne: ¿Qué significa una sola carne? Significa que Dios nos llama a la unidad del varón con la mujer y de los dos con Dios, sin pérdida de la identidad de cada uno. Por eso nos hizo complementarios “Del “yo” separado y diferente se pasa al “nosotros” sin fusión que anule a las personas, ni lucha de poder que las enfrente, sino en la comunión para complementarse recíprocamente y plenificarse personalmente, alcanzando la unidad en el amor” (Aportes… pág. 94). Dios nos llama a construir la humanidad, nos llama a realizar la felicidad personal y conyugal complementándonos recíprocamente. Todo lo que contribuya a la unidad del matrimonio está dentro del Plan de Dios y todo lo que se opone, está en contra de la voluntad de Dios. LA COMPLEMENTARIEDAD ENTRE VARÓN Y MUJER EN LA SOCIEDAD ACTUAL Es hora que nos formulemos esta pregunta En nuestros días ¿es fácil hacer realidad la relación de complementariedad entre hombre y mujer?. En la sociedad actual, predominada por el individualismo, la relación de complementariedad hombre-mujer, en general, se encuentra en crisis, se ha trastocado convirtiéndose en una relación de competencia, de poder, de intereses parciales, uno contra el otro, en lugar de uno con el otro. Hay ausencia de proyectos de vida en común, reemplazados por proyectos de vida paralelos e individuales que terminan en divorcios reales o espirituales. La relación de competencia entre varón y mujer a veces llega a tal extremo que deriva en una relación de violencia entre ellos, con sus diversas manifestaciones, verbal (malos tratos, falta de respeto, etc.); físicas (golpes, homicidios etc,); psíquica (amenazas, acosos, etc), que conduce irremediablemente a la autodestrucción y destrucción del otro, lo que impacta directamente en todo el grupo familiar formado en torno a esa pareja. Frente a la relación de competencia “la sociedad organizada” responde con leyes que buscan una igualdad de oportunidades para la mujer, lo que no está mal, pero no deja de ser una solución parcial. Pensamos que el remedio no es enfrentar la mujer al hombre, ni individualizarla, sino trabajar entre todos para tomar conciencia una vez por todas de la relación natural de complementariedad entre el hombre y la mujer, a través del ENTENDIMIENTO, RESPETO, COOPERACIÓN, y AYUDA MUTUA. Facilitemos a cada pareja la tarea de buscar los puntos de concordancia entre ellos. ¡Pensar que malgastamos tanta energía vital mirando las diferencias, en vez de buscar los puntos de concordancia! Etimológicamente, la palabra concordia significa=con corazón.”. (María Guadalupe Buttera, ob. citada –pág. 10). Decidamos nosotros, mutuamente, construir un amor maduro de recíproca entrega, con una herramienta que tenemos a nuestro alcance ¿saben cuál es? El diálogo. El diálogo en sus diferentes formas: Verbal y no verbal. DIALOGO VERBAL: Ningún amor puede sobrevivir sin la compresión mutua de los que se aman; y esto solo se consigue con la práctica del diálogo. ¿Qué es dialogar? Dialogar es volcar al exterior aquello que guardamos en el interior. Hablo para que el otro escuche, callo para que el otro me conteste y así escucharlo yo. Por lo tanto dialogar es: Un esfuerzo serio y común para buscar la verdad donde esté, respetando las personas y poder así conocer lo que realmente el otro piensa, siente y quiere. Es un intercambio de ideas, sentimientos. Un dar y recibir. Uno de los elementos básicos para ir al encuentro con el otro en busca de diálogo, es conocerse uno mismo. Cuanto más me conozco, más puedo comprender y conocer al otro. No sólo conocerme sino, también, aceptarme, reconciliarme conmigo mismo. “Si mi música desafina, será muy difícil componer una melodía de a dos… Si nuestras partes internas se vinculan con armonía, podremos entablar vínculos sanos con otros. Por el contrario, si desconocemos o rechazamos partes propias, de la misma manera lo haremos cuando nos vinculemos con otros.”( María Guadalupe Buttera, ob. Citada, pág. 23). REQUISITOS PARA UN BUEN DIALOGO: 1-ACTITUD DE DIALOGO DE LOS DOS: Es decir disposición de ambos a comunicarse entre sí. Querer dialogar, por lo que hay que buscar la oportunidad propicia para ello. 2- PREGUNTAR: Para motivar a que el interlocutor pueda profundizar más su tema. 3- SENCILLEZ: Expresar con claridad lo que sentimos, pensamos y necesitamos 4- EVALUAR si lo escuchado es exacto, cada tanto realizar una síntesis de lo escuchado y volcarlo para que el otro evalúe si recibimos con exactitud lo que quiso transmitir 5- CORDIALIDAD Y CALIDEZ: para que el diálogo sea eficaz, no debe llevarse a cabo con agresividad. La cordialidad será un factor de apaciguamiento. Si triunfa la antipatía, las personas se cierran, se recogen en si mismas y se irritan. 6- COMPRENSIÓN: Saber ponerse en el lugar del otro (empatía). No puedo comprender al otro si me encierro en mi yo y juzgo al otro desde mi visión del mundo. Tengo que salir de mi yo e ir al encuentro del otro tratando de ver el mundo desde su visión. 7- PACIENCIA Y PERSEVERANCIA: La vida de dos requiere un largo aprendizaje. La clave consiste en una paciencia inquebrantable que sabe no irritarse cuando se impone la repetición. A veces será necesario repetir durante toda una vida la misma observación y formular la misma petición. Quizás no sea que el otro tenga mala voluntad sino que simplemente se le olvida o no logra crear el hábito. La impaciencia crece y amenaza con manifestarse en los momentos de diálogo. Precisamente esto es lo que hay que evitar. 8- SABER EVITAR JUICIOS INTERMEDIOS Y ACTITUDES DEFENSIVAS 9- HUMILDAD: No avanzar convencido de la propia perfección y seguro de ser dueño de la verdad. Si no el dialogo se volverá una acusación o un ataque recíproco. Debemos ejercer la autocrítica y descubrir nuestros propios errores a la hora de emprender el diálogo. 10-OPORTUNIDAD: Es un arte necesario el saber elegir el momento de decir ciertas cosas. No hablar cuando se esta dominado por la cólera o los celos. 11- CONSTANTE: Es necesario asegurarse una periodicidad regular “imponerse” una charla que sirva de base al diálogo. Un sacerdote solía aconsejar que por lo menos una vez por semana, marido y mujer se reserven una noche para encontrarse solos fuera del hogar, sentados en la mesa de un restaurante o un bar para conversar. ¿Por qué fuera de casa? Porque en general en el hogar suele haber ciertas intervenciones (los niños, el teléfono, los vecinos, la televisión, futbol etc.) que impiden el desarrollo del diálogo. En un bar, porque no hay nada más revelador que la mesa. Allí el silencio se torna catastrófico. Sentados uno ante el otro, mirándose sin hablar la pareja descubrirá si está atravesando una crisis. Para dialogar, sobre todo, hay que SABER ESCUCHAR: Escuchar no es solamente hacer silencio, es necesario abrir el corazón para recibir lo que el otro me quiere decir. Escuchar requiere apertura, esfuerzo personal y mucha voluntad. A continuación haremos una breve síntesis de cinco perfiles de un mal escuchador, para evitar incurrir en ello: EL CONSEJERO: En lugar de tratar de escuchar al otro, “el consejero” quiere resolver el problema, apresurando un consejo -“Esto es lo que necesitas hacer”- cuando todavía no ha sido solicitado. EL INTERRUPTOR: En lugar de escuchar cuando el otro está hablando se está preparando qué es lo próximo que va a decir. Stephen Covey, autor de libros superventas dice: “ La mayoría de la gente no escucha con la intención de comprender, sino que lo hacen con la intención de responder”. EL TRANQUILIZADOR: En lugar de escuchar interviene prematuramente haciendo esta clase de comentarios: “No es para tanto, ya pasará…”, o “Estoy seguro de que saldrá bien”, o “Te sentirás mejor mañana”. Los tranquilizadores prohíben una verdadera expresión de los sentimientos, ya sea de ansiedad, decepción o dolor. A menudo lo hacen porque ellos mismos necesitan asegurarse de que no hay ningún problema mayor y que su propia vida puede continuar sin interrupciones. EL RACIONALISTA: En lugar de escuchar, se preocupa por tratar de explicar por qué nos sentimos de esa manera, cuando todavía nadie le ha preguntado. En respuesta a “He tenido un día horrible”, su comentario podría ser, “ Es la humedad…, estás bajo presión en el trabajo… y estás preocupado por el dinero”. EL DESVIADOR: En lugar de escuchar desvía la conversación, generalmente hacia un acontecimiento de su propio interés. Dice, “Esto me recuerda cuando…” y así se aparta del tema. NO SE LOGRA EL IDEAL DE DIÁLOGO CUANDO: Las conversaciones se remontan constantemente al pasado. Uno de los dos rechaza constantemente las ideas del otro. No se descubre que ambos expresan lo mismo. Se sacan a relucir obstinadamente los temas que separan, en lugar de resaltar los que unen. Se elaboran las respuestas sin atender a lo que el otro esta diciendo. Solo se expresan palabras hirientes. Se antepone el orgullo, la soberbia, la intolerancia y ninguno “da el brazo a torcer” Solo se reciben reproches. TEMAS A DIALOGAR: ¿Sobre qué temas se debe dialogar? Creemos que sobre todos los temas es bueno dialogar y al respecto nos recuerda nuestro párroco Carlos Filloy, que hay temas fundamentales en la pareja, respecto de los cuales no debe estar ausente el diálogo. Así, es bueno dialogar sobre LOS HIJOS, preguntándonos qué queremos para ellos. Así, entre los dos, podremos brindarles -sin tomar posesión de ellos- una formación en el amor y un crecimiento seguro para prepararlos para la vida. Sobre el TRABAJO de cada uno y del manejo del DINERO: Es importante compartir el mundo del trabajo personal del otro a través del diálogo, además de ser necesario sirve de ayuda y estímulo. En relación al dinero, se debe dialogar con el fin de que ocupe su justo lugar de medio y no de fin de su matrimonio. Tratemos que éste no sea el que reine y establezca las reglas de juego en el hogar. Juntos tenemos que dialogar y acordar la forma de compartirlo, manejarlo y administrarlo. El matrimonio es una empresa en común, tratemos –a través del diálogo- manejarla de común acuerdo, sin engaños, con conocimiento de causa, pensando siempre en un proyecto común y no en uno mismo. MANEJO DEL TIEMPO LIBRE: Es otro tema en el que es bueno ponerse de acuerdo a través del diálogo, en busca de un justo equilibrio, que nos permita a cada uno, conservando su espacio, sus relaciones personales y sus gustos relacionarnos, darnos tiempo y espacio para estar solos, juntos y poder disfrutarnos mutuamente. Ello es fundamental para la construcción de un amor maduro. FAMILIA POLÍTICA Y DEMÁS RELACIONES SOCIALES: Al convertirse en esposos, no dejarán de ser hijos, hermanos, amigos, por lo que, también, deberán dialogar mucho en busca de un equilibrio para que juntos puedan aprender a integrarse cada uno en la familia del otro sin perder su unidad y para que puedan seguir relacionándose con sus respectivos amigos, sin debilitar su relación. Un ejemplo claro de ello es comparar al matrimonio con una casa con leños encendidos en su interior: si la puerta está cerrada, el oxígeno será consumido por el fuego y por ende el fuego se apagará. Si la puerta está totalmente abierta, el viento también hará que el fuego se extinga. En cambio, si dejamos la puerta un poco entreabierta, el fuego no se apagará nunca y disfrutaremos siempre del calor del hogar. Seamos pues, un matrimonio de puerta entreabierta, sin cerrarnos del todo, para conservar la calidez y aceptar lo bueno que provenga del exterior, tomando una actitud fraterna y crítica ante los demás. DIALOGO NO VERBAL: Ahora nos preguntamos: Qué es el diálogo no verbal? El diálogo no verbal son los gestos, las miradas, las caricias.; también LA UNION SEXUAL, a través de la cual unimos nuestros cuerpos y almas. Debemos diferenciar la SEXUALIDAD de la GENITALIDAD. En la genitalidad predomina una función reproductiva. El encuentro es solo físico e instintivo, mientras que “la sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear, y de manera más general , a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro” (CATIC 2332). En el acto sexual ambos cónyuges se entregan y se ofrecen el uno al otro. El gesto sexual, o traduce el amor, la ternura, los deseos de darse, de buscar la felicidad del otro, o bien traduce el egoísmo, la exclusiva preocupación por sí mismo y el deseo de posesión. Es importante resaltar que la unión sexual no consiste en dos monólogos paralelos, donde cada uno busca su propia satisfacción, sino que es un diálogo único, en el que el varón y la mujer van al encuentro uno del otro. La sexualidad en sí misma no es amor, es el lenguaje del amor. Más allá de la piel y por encima de lo puramente táctil, la sexualidad es un lenguaje que integra al mismo tiempo lo humano, lo místico, lo carnal en el corazón de cada persona y convierte al cuerpo en luminoso y sagrado sujeto del amor. Así como el diálogo interior necesita de ciertos requisitos para que sea eficaz, de la misma forma este diálogo carnal tiene leyes propias que hay que atender. REQUISITOS PARA EL DIALOGO SEXUAL: 1.- CONOCER QUE SOMOS DIFERENTES: Como ya se ha mencionado anteriormente, hombre-mujer somos distintos. La sexualidad masculina es exuberante, exigente, fuertemente biológica y fácilmente capaz de hacer abstracción del amor. En cambio, la sexualidad femenina es más discreta, frágil, más romántica y, en general, incapaz de ejercerse sin amor. Podríamos hacer un paralelo de diferencias entre ambas sexualidades: -En el hombre la sexualidad está fuertemente centralizada. Es primordialmente genital y las zonas erógenas están centradas. En consecuencia, la excitación sexual es rápida, incisiva y muy fácil de provocar. -En la mujer ocurre lo contrario. En ella la sexualidad no es genital, sino corporal. No está concentrada sino que se distribuye por todo el cuerpo de forma tal que la excitación es lenta, gradual y exige una larga preparación. -La sexualidad femenina une más la necesidad genital con el impulso amoroso, en cambio el hombre puede separar los dos factores. -En función de sus propias características, el hombre llegará rápidamente al orgasmo; por lo tanto deberá ejercer un sólido control cerebral, de lo contrario llegará rápidamente al clímax y caerá después en un punto muerto. -Por el contrario, la mujer solo despierta muy lentamente, puesto que su excitación recorre todo su cuerpo y necesitará más tiempo para llegar al clímax. -La mujer necesita de caricias. -Para el hombre, en cambio, no son necesarios ni “preludio” ni “posludio”. Podrá complacerse en ellos pero pasará perfectamente sin ellos. El orgasmo le es suficiente. Estas diferenciaciones no son exhaustivas, ni absolutas, pues existen numerosas variantes, pero nos permite concluir que todas estas diferencias convierten la armonía sexual en algo difícil y que lograrla necesita de una gran paciencia, comprensión y conocimiento del cuerpo del otro. 2.- PACIENCIA: La coordinación sexual para llegar juntos al punto culminante de la unión exige cierto tiempo. Es necesario que aprendamos a conocernos, debemos aprender a funcionar al ritmo de nuestro cónyuge, es preciso que descubramos la “personalidad sexual” de cada uno y nos adaptemos. La armonía sexual no es espontánea. El peligro consiste en que la impaciencia presente en ambas partes convierta la evolución en algo penoso. Es necesario saber respetar el tiempo y hay determinadas etapas que no podrán evitarse dentro del desarrollo de la vida sexual del matrimonio. La paciencia sexual es la clave de la maduración adecuada de la pareja. 3. ENTREGA: El deseo de los esposos no podrá ser una apetencia exclusiva de goce. Si surge de una sexualidad madura, equilibrada y adulta, este deseo deberá tener como fin, en forma recíproca, brindarle felicidad al cónyuge, realizándose con el otro. 4.- DOMINIO DE SI: Para que todo esto sea posible, es necesario que los esposos adquieran un fuerte dominio de sí mismos. Es importante que el hombre, sobre todo, sepa desarrollar un control cerebral que le permita dominar su ritmo y adaptarlo al de su esposa. Para esto son necesarias capacidad de concentración, fuerza de voluntad y la disciplina interior. El cónyuge que no sabe ser señor de sí mismo es incapaz de lograr una unión sexual armónica. 5.- RESPETO: Cada gesto, cada caricia dentro del acto sexual será la expresión del amor y no del egoísmo. Todos los actos de amor, todas las caricias impregnadas de ternura, cuando se aceptan de común acuerdo y preservan la dignidad de ambos, son perfectamente legítimas. FINES DEL ACTO CONYUGAL: El hombre no puede romper la inseparable conexión que Dios ha querido entre los dos significados del acto conyugal, el unitivo y el procreador. El unitivo es aquel que favorece la unión en el auténtico amor conyugal y el procreador es el de la transmisión de la vida. No puede haber contradicción entre ambos y no se deben separar. CONCLUSION: La vida sexual en la pareja es muy importante y debe tomarse en consideración para vivirla en plenitud. Dios creó la sexualidad para que la disfrutemos, Dios creó todas las partes de nuestro cuerpo. Acaso, podría Dios crear algo malo o negativo? El clima de la sexualidad es el AMOR y AMAR ES: CUIDAR DEL OTRO, PREOCUPARSE CON EL OTRO; ENTENDER AL OTRO; DAR PLACER AL OTRO; GUARDAR AL OTRO. En este sentido el Génesis nos dice: “Y DIOS LOS BENDIJO DICIENDOLES: SEAN FECUNDOS, MULTIPLIQUENSE, LLENEN LA TIERRA Y SOMETANLA …” (Génesis 1,28) PLENITUD EN LA COMPLEMENTARIEDAD HOMBRE-MUJER Ahora, les preguntamos ¿Es suficiente el diálogo, en sus diversas formas, para asegurarnos la complementariedad, la unidad entre nosotros, para toda nuestra vida? Nosotros como matrimonio cristiano, pensamos que todavía no les dijimos lo mejor. Estamos convencidos que la complementariedad hombre-mujer llega a su plenitud con Dios. Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, a través del Sacramento del matrimonio, cuando cada uno de los cónyuges va a su encuentro y juntos viven y acrecientan las gracias sacramentales con la oración, la práctica de los demás sacramentos, el apostolado, la formación cristiana, etc. Estamos convencidos que Dios es el garante del pacto conyugal. Si tratamos de complementarnos únicamente con nuestras propias fuerzas la tarea será difícil, por nuestras propias limitaciones, egoísmos y debilidades.. Por eso creemos que no es suficiente dialogar, además de dialogar, hay que rezar lo que se dialoga. Tenemos que rezar para mantenernos unidos. La mejor oración es la Eucaristía. Dios, con su inmensa misericordia, nos ofrece la reconciliación por intermedio del sacramento de la Confesión (Catecismo…1440 y siguientes). Él es el que nos devuelve la dignidad y sana nuestras heridas. No debemos dudar en acudir a este Sacramento cada vez que necesitemos de perdón. No debemos dudar de pedir su ayuda en cada momento difícil de nuestro matrimonio. Él nunca nos dejará solos. “Nos cargará sobre sus hombros…” El Matrimonio Cristiano, en cuanto constituye una Alianza entre esposo-esposa y Jesucristo, está llamado a formar una unidad, una comunión presidida por el amor y ejercitada a diario mediante la mutua entrega y comunicación. DINÁMICA: Les proponemos el siguiente cuestionario –como disparador- para que los novios trabajen individualmente y luego se intercambien sus respuestas, a fin de inducirlos a dialogar sobre los temas que abordamos (sus respuestas no serán puestas en común, quedarán en la privacidad de cada pareja). 1) ¿Cuál será el orden de prioridades que elegirán para su proyecto de vida en común, su matrimonio? Trabajo-profesión; hijos; dinero, Dios, tiempo compartido, sexualidad, relaciones sociales, amigos, familia política, deportes. 2) ¿Siente temor frente a la nueva etapa de su vida? ¿Puede expresarlo? 3) En la sexualidad ¿Me he criado con sentimientos positivos? ¿Heredé prejuicios de mi educación? ¿Puedo expresarme? ¿Me interesa qué siente el otro? 4) ¿Hemos desarrollado nuestras respectivas capacidades para perdonar? 5) Pueden acordar una propuesta común para crecer en el amor en la nueva etapa de su vida. Para finalizar se puede escuchar o ver el video de CANCION DE IL DIVO AMOR ETERNO o el video “CUIDA A TU ESPOSO O A TU ESPOSA”, que se adjunta en el Anexo. BIBLIOGRAFÍA., Power point presentado por el Padre Fernando Tamiozzo, en el Encuentro Regional de Pastoral Familiar de noviembre de 2012. ¡Viva la Diferencia¡ de Pilar Sordo, grupo editorial norma, edición 2010 Caminar en pareja de María Guadalupe Buttera – Edición San Pablo, edición 2012. Aportes para la Pastoral Familiar de la Iglesia en La Argentina. Conferencia Episcopal Argentina Percy Anthony, “La Teología del cuerpo”, de Juan Pablo II. Facci Ricardo, “Amor de Pareja, amor de Dios” Catecismo de la Iglesia Católica (CATIC) Apuntes IPM del Movimiento Familiar Cristiano

miércoles, 5 de junio de 2013

CATEQUESIS DE NOVIOS DESDE UNA PERSPECTIVA KERIGMÁTICA Frente a un mundo donde el ser cristiano se concibe muchas veces como la simple aceptación intelectual de unos determinados contenidos, la proclamación kerygmática implica una respuesta libre, existencial, al anuncio de un Dios personal, encarnado, próximo, que mueve al cambio de la mente y del corazón: es una proclamación que compromete, que invita directamente a la conversión. Kerygma es una palabra griega, significa proclamación, declaración, bando, pregón. Se encuentra repetida más de setenta veces en el Nuevo Testamento, como proclamación jubilosa e interpelativa del acontecimiento de salvación, realizada por Jesús. La catequesis para novios no puede encararse como una serie de lecciones teológicas sobre las verdades de la fe, ni una enseñanza moral, ni tampoco un programa de charlas sobre temas apostólicos. Las intelectualizaciones, no sólo no ayudan, sino que obstaculizan la tarea catequística porque distraen a los novios del objetivo de los encuentros que es “producir eco” o “hacer resonar” en su interior el mensaje de Cristo. Se trata de una predicación dinámica, en estado ardiente, fervoroso, que tiene en cuenta que la doctrina no adquiere su plena significación sino en función de la vida. La explosión del contenido vivo del cristianismo entraña, en sí misma, la invitación personal a participar en esta vida. Dentro del concepto de kerygma podemos distinguir principalmente cuatro elementos: A) el anuncio: la proclamación de un mensaje, que se centra en el misterio de Jesús, el Salvador, e incluye el don del Espíritu. B) una proclamación interpelativa: que tiene relación directa y constante con la conversión. Todo anuncio kerygmático tiende, directa e inmediatamente a provocar el deseo de un cambio, que impregne todo el campo de los criterios, de los comportamientos, de la vida. C) un estilo jubiloso: es decir, una manera de decir, con una convicción profunda, sentida, vivida; la seguridad y el gozo que da el sentirnos “como enviados de Dios, como si Dios mismo exhortara por medio nuestro”… la convicción de que Dios nos ama. D) un anuncio que debe proclamarse por testigos: la proclamación se realiza desde el “testimonio de vida”. No es sólo una afirmación ética, sino la exposición del acontecimiento salvador, que va transformando el corazón del creyente, con lo cual el anuncio adquiere un sello de autenticidad. Es la comunicación jubilosa del ser cristiano: la proclamación del Mensaje de Salvación, hecha por testigos, con tono interpelativo, en orden a la conversión. Y, desde esta perspectiva kerygmática, la catequesis para novios debe tender a los siguientes objetivos: - un inicio de conversión, derivada de la presentación de un mensaje, que oriente y promueva todo el vivir cristiano. - una opción totalizante, que evite la contradicción entre la vida ordinaria de la persona y su vida de fe. - un eje existencial, que irradie su influencia sobre la vida ambiental- familiar, profesional, social de los novios, según éstos la vean plasmada en el testimonio de vida de los responsables de esa formación. - un deseo de comunidad, que vaya promoviendo la conversión, y de la que se haya tenido un anticipo en el equipo responsable de la formación de novios. No es suficiente que cada uno dé un buen ejemplo; es imprescindible que den testimonio de comunidad, a fin de despertar en las parejas de novios capacidad de asombro, cercanía de Dios, ansias de sentido comunitario. La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí… si el Evangelio que proclamamos aparece desgarrado por querellas doctrinales, por polarizaciones ideológicas o por condenas recíprocas entre cristiano, no se puede pretender que aquellos a los que se dirige nuestra predicación no se muestren perturbados, desorientados, si no escandalizados. “Que todos sean uno, decía Jesús, para que el mundo crea” (Jn 17, 21). El carácter comprometido y comprometedor del agente de evangelización en la línea del kerygma, exige que la proclamación sea testimonial. El Evangelio, anunciado sólo intelectualmente, de una manera académica, no estaría en el campo del kerygma. Para proclamar una fe viva, se necesita mucho más que ser profesionales de una ciencia teológica. Esta tarea debe ser encomendada a quienes sean testigos experimentales de la trascendencia, hecha presencia, amistad y salvación…”mi palabra y predicación, decía San Pablo, no consistió en persuasivos discursos de sabiduría humana, sino en la manifestación del Espíritu y del poder, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Cor 2, 4 y 5). El testimonio de los catequistas no consiste solamente en que les cuenten a los novios sus experiencias personales de vida matrimonial. Cada historia de vida es única e irrepetible. Ellos viven la suya, los novios vivirán otra muy diferente. La comunicación de sus experiencias no constituye la “Buena Nueva” que deben anunciar en la catequesis. Desde la perspectiva kerigmática los catequistas deben experimentarse como “cristianos que comparten su fe, instrumentos de Dios y portadores de la Buena Noticia” El aporte más genuino de los catequistas es la proclamación de la “estupenda novedad” del matrimonio cristiano. Los catequistas tienen que hacer un anuncio gozoso y testimonial, de que Cristo asume y redime el amor conyugal herido por el pecado y hace posible un amor fiel, que venza todas las pruebas del tiempo. El sacramento, como apoyo fundamental del diálogo en la fe, debe impregnar toda esta etapa de preparación. No se trata de hacer un curso de teología, sino de una proclamación explícita de la fe y de un aterrizaje práctico de cómo un cristiano puede vivir el sacramento del matrimonio y construir su familia como una “Iglesia doméstica”. Bibliografía - Manual de pastoral de la familia- Capítulo III “Pautas metodológicas para la catequesis prematrimonial”- Padre Jaime Fernández (Chile) - Ideas Fundamentales del Movimiento de Cursillos de Cristiandad- Editorial Claretiana (2001). A MODO DE UNA PROPUESTA ENRIQUECEDORA… Análisis de la realidad. En nuestras acciones pastorales y en nuestra experiencia cotidiana, vamos constatando, dolorosamente, que no sólo el sacramento del matrimonio –como celebración y como camino cotidiano de discipulado-, sino la realidad misma del matrimonio como institución natural, se encuentra en crisis. Muchas parejas jóvenes que ya no se sienten expresadas en la vida de la fe y de la Iglesia, buscan realizar una vida en común, sin la convicción profunda de que es un camino para toda la vida, en el que la felicidad será fruto de un trabajo sostenido y comprometido en favor de la comunión. En este contexto, la fidelidad pierde significado, y toda renuncia se percibe como una frustración de la propia vida, y no como la base de toda entrega. Son numerosas las causas que generan esta nueva conciencia, este nuevo paradigma. Algunas de ellas pueden ser: el individualismo, la necesidad de resultados inmediatos, la tendencia a la gratificación, la búsqueda de objetivos centrados en el éxito profesional y material, etc. Los jóvenes que se acercan a nuestros encuentros de preparación inmediata al sacramento del matrimonio, provienen de esta sociedad, y traen consigo muchas de estas miradas y formas de sentir y pensar la vida. Propuesta Cuando nos planteamos la necesidad de anunciar, en tono kerigmático, el sacramento del matrimonio a nuestros jóvenes, quizá debamos comenzar por hacer un anuncio gozoso de la realidad misma del matrimonio, más allá de la fe o de las formas de pensar que tenga cada uno o ambos novios. El matrimonio como experiencia humana, puede ser presentado de manera significativa, si se muestra como una experiencia verdaderamente humanizante, en la que se puede aprender a ser más humanos. Las pistas para proponer esta perspectiva, pueden ser: - La dimensión de la intimidad: el diálogo. - La dimensión de la responsabilidad: responsabilidad por otro, responsabilidad con otro. - La dimensión del respeto por el ser y el modo de ser de uno mismo y del otro. - La dimensión de la ayuda mutua. - La dimensión de la acogida incondicional. - La dimensión de la corrección como ayuda para crecer. Quizá pueden proponerse otras dimensiones en las que la vivencia del matrimonio se muestre como una realidad verdadera y profundamente humanizante. EQUIPO ENLACE PASTORAL FAMILIAR CORDOBA

sábado, 25 de mayo de 2013

Hola a todos: acá les acercamos material para este domingo 26 de Mayo. «La familia, reflejo terreno de la Trinidad» Este domingo se nos presenta la Santísima Trinidad. Este misterio es la máxima afirmación de que se puede ser iguales y diversos: iguales en dignidad y diversos en características. Esta enseñanza encuentra su primer y más natural campo de aplicación en la familia. La familia debería ser un reflejo terreno de la Trinidad. El éxito de un matrimonio y de una familia depende de la medida con la que esta diversidad sepa tender a una unidad superior: unidad de amor, de intenciones, de colaboración. Te adjuntamos......guión, una catequesis y una oración Recuerda: acción de gracias para quienes cumplen su aniversario de casados .....pedir una especial bendición Saludos y bendiciones para todos. GUIÓN MISA DOMINGO 26 DE MAYO Familia. Santísima Trinidad 26 de Mayo de 2013 Introducción: La Santísima Trinidad nos enseña que nuestro Dios es comunidad y familia. Padre, Hijo y Espíritu Santo forman la familia de Dios, el Dios que nos acompaña, que está a nuestro lado, que nos ofrece un proyecto, que nos señala un camino y que nos brinda la fuerza para llevarlo adelante. Nos ponemos de pie. Recibimos al padre que, en nombre de Cristo, presidirá nuestra eucaristía y, uniendo nuestros corazones y nuestras voces, cantamos. 1ª Lectura: (Prov 8, 22-31): La sabiduría de Dios, que cita el libro de los Proverbios, es la personificación de Jesús. Salmo: (Sal 8, 4-9): El salmo es un himno de alabanza al Señor, que manifiesta su sabiduría en la Creación y, de una manera especial, en el hombre. Participamos de esta oración aclamando… 2ª Lectura: (Rom 5, 1-5): San Pablo resalta la importancia de creer en Jesús y nos dice que el amor de Dios nos llega por el Espíritu Santo. Evangelio: (Jn 16, 12-15): Jesús se identifica con Dios Padre y enseña que “el Espíritu nos introduce en la verdad”. Oración de los fieles: A cada intención, pedimos: Que tu amor fortalezca nuestra fe. 1. Para que la Santísima Trinidad nos introduzca en la verdadera fidelidad a Jesús: Verdad, Camino y Vida. Oremos. 2. Para que la vida de nuestras familias sea como el de Jesús, un camino de obediencia y fidelidad al proyecto del Padre. Oremos. 3. Para que el Espíritu aliente a nuestras familias a vivir según la voluntad del Padre, realizando el Reino en nuestros hogares. Oremos. 4. Para que la palabra familia y la palabra comunidad, sean imagen de la Santísima Trinidad. Oremos. 5. Para que en nuestras familias caminemos en el Espíritu de la Verdad, frente a los desafíos y opciones que nos plantea la vida diaria. Oremos. 6. para que las familias que viven desunidas y enfrentadas: vean en la Trinidad el estímulo de mejores relaciones personales. Oremos. Ofrendas: Después de alimentarnos con la Palabra de Dios, preparemos la mesa de la Eucaristía y presentemos al Señor el propósito de crecer en la comunión fraterna, manifestación del amor que ha sido derramado en nuestros corazones. Comunión: Hermanos La Eucaristía nos alimenta para caminar hacia el Reino definitivo, donde gozaremos del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nos acercamos a comulgar con esta gozosa esperanza cantando. Para orar juntos Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios de la Vida y Señor de la Historia. Tú eres comunidad y familia. Tú nos enseñas a vivir en la unidad y a comunicar el amor que engendra vida en Comunidad. Haz de nosotros mensajeros de esperanza. Haz de nosotros constructores de paz en la justicia. Haz de nosotros testigos de tu amor en la comunidad, para que la vida de Dios sea la vida del hombre, de todos los hombres.- Que así sea – Despedida: Hermanos: La Misa ha terminado. Nuestra misión comienza. El Dios cristiano es una comunidad de personas y habita en nosotros. Vivamos en comunidad de amor: en la familia, en el trabajo, entre amigos. Vayamos a revelar en nuestra vida diaria a este Dios amor. CATEQUESIS: Dios uno y trino 1. Canto Inicial. 2. Oración del Padrenuestro. 3. Lectura bíblica: Ef 1, 3-10. 4. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia: 1. El Misterio de Dios Uno y Trino se encuentra en el mismo centro de la familia cristiana. Los padres van transmitiendo a los hijos esta verdad central de su fe, a medida que los incorporan a la vida de familia. 2. Dios es "el que es" y "Dios es amor". Estos dos nombres están tan inefablemente unidos que manifiestan la misma esencia divina, que está sobre toda inteligencia creada. Por eso, solo Dios puede otorgarnos un conocimiento recto y pleno de Sí mismo, revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta vida divina la participamos ya, por la fe de modo incoado en la tierra, y después, de modo pleno y por la visión de Dios, en la vida eterna. 3. Gracias a la Revelación, podemos profesar que Dios Padre en toda la eternidad engendra al Hijo, que el Hijo es engendrado y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como Amor sempiterno de ambos. Las tres Personas divinas, por tanto, son eternas e iguales entre sí; así mismo la vida y felicidad de Dios es participada totalmente por cada una de ellas y, en consecuencia, siempre es necesario venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad. 4. Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, nos ha revelado este Misterio, en el que se nos manifiesta el plan de Dios, es decir: que todos nosotros participamos -como hijos- en la comunión de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 5. El mismo Jesucristo sugiere una cierta semejanza entre las Personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad, cuando ruega al Padre que "todos sean uno como nosotros también somos uno" (Jn 17, 21-22). Esta semejanza muestra que el hombre no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega de sí mismo a los demás. Esta semejanza con Dios, por la autoentrega, la unidad y el amor, es la perfección de la familia. 6. El matrimonio, que implica una entrega total de los esposos entre sí y de los padres para con los hijos, es, por ello, un perfecto reflejo de la comunión trinitaria. Por eso, la dinámica de la vida en familia ha de manifestar esta unión íntima entre las Personas divinas. 7. Toda invocación, pues, a la Santísima Trinidad en familia, ha de llevar a todos sus miembros a renovar los lazos de comunión entre ellos y a una más generosa comunicación de sus dones a otras familias. 5. Reflexión del que dirige. 6. Diálogo: • Jesucristo es Hijo de Dios y nosotros también. ¿Cuáles son las semejanzas y cuáles las diferencias de ambas filiaciones? • ¿Por qué familia cristiana es un reflejo de la Trinidad? • ¿Cuáles son los rasgos principales que debe manifestar en su vida familiar cristiana para que sea reflejo de la vida trinitaria? 7. Compromisos. 8. Oración del Ave María e invocación: Regina familiae. Ora pro nobis. 9. Oración por la familia: Dios Padre todopoderoso que has enviado al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable misterio; concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por Jesucristo nuestro Señor.

jueves, 2 de mayo de 2013

HOLA REGIÓN CENTRO DE PASTORAL FAMILIAR. AQUÍ ES EL BLOG DONDE REUNIRÍAMOS EL MATERIAL A TRABAJAR. DIOS LOS BENDIGA. P. Mario Ludueña